La llamarada Palestina

LLAMARADA

Las noches palestinas también son estrelladas, ellos tienen derecho como seres humanos: al oxígeno, el agua, al sol y la luna como en todas partes de la Tierra. Su pueblo sueña vivir en Paz. Los niños dibujan añoranzas de prosperidad. Vive la esperanza, la espiritualidad, la creatividad de una nación. La población sobrevive a los ataques traicioneros del vecino invasor-ocupante.

Los testimonios, las denuncias, las resoluciones de condenas están por todas partes por las violaciones flagrantes de los derechos humanos y la continua política de  ocupación ilegal de territorios, desalojos, construcciones de infraestructura, todos violatorios del derecho internacional.

De allí la importancia de la solidaridad militante, honesta con la causa del pueblo palestino. Esos gestos fraternos permanentes que van más allá de las frías resoluciones políticas que no obedecen los poderosos. Las acciones del mundo deben estar acordes con la llamarada palestina para sobrevivir a la tragedia que es consecuencia de intereses geopolíticos.

La administración de Donald Trump ha sido muy complaciente con el conservadurismo, encabezado por Benjamín Netanyahu, quien está siendo acusado por presunto soborno y fraude. La resistencia palestina a la judaización de Jerusalén (desde la perspectiva sionista claro está, no desde la perspectiva de la religión judía propiamente dicha) tiene como precedente todo el proceso de invasión y control de los territorios mediante el levantamiento murallas, acto que es totalmente retrógrada, barbárico y medieval. El sionismo avanza violando todos los derechos con desalojos, demoliciones de viviendas y el control de la movilidad para así permitir la construcción de urbanismos por parte de los colonos sionistas- fascistas.

El sionismo no ceja en su empeño de colonizar la totalidad del territorio palestino. Solamente le falta ganar el apoyo internacional, el cual intenta propiciar a través de las “negociaciones de paz” promovidas por su socio, Estado Unidos. Por eso, no detienen el proceso de desintegración de Cisjordania, Judea y Samaria. Con estas acciones intentan impedir la constitución del Estado de Palestina y mantener las denigrantes condiciones de vida de la población, condiciones que son desde hace tiempo inhumanas, así como la limpieza étnica practicada desde 1948 y que permitió avanzar en el nefasto, incongruente y contradictorio proyecto de crear el Estado de Israel, una entelequia rechazada incluso por la propia religión judía.

La heroicidad mostrada por los pobladores de Bil’in y Ni’lin, de sus niños, mujeres, hombres y ancianos se ha convertido en distintivos de la llamarada Palestina contra el muro de ocho metros de hormigón que divide sus ciudades. Durante los últimos cinco años, cada viernes, se producen manifestaciones contra la barrera que separan las tierras. En estas manifestaciones participan no solo sus habitantes, sino también israelíes y muchas personas solidarias de distintos países del mundo.
Solamente la unidad inquebrantable de los palestinos y de la solidaridad internacional permanente logrará la paz verdadera que aspira este heroico pueblo, reconocido por las Naciones Unidas. La batalla interna por evitar la fragmentación de las fuerzas de la resistencia, las conspiraciones, los traidores y el desgaste que produce esta larga batalla, es responsabilidad del liderazgo pero estas no deben afectar nunca la resolución de pueblo palestino para enfrentar y derrotar la ocupación sionista.

Texto: Luis Ramón Lima

Imagen: Obra del artista Sliman Mansour (1947), pintor y escritor palestino.